Un sueño dormido es morir al tiempo para vivir con miedo, una verdad es el disfraz de las mentiras cuando estas hieren.
Cuando mirando tu reflejo se disipa la felicidad y al mirar tu anhelo se duerme la libertad.
Revisaba las trincheras que cubrían las oportunidades y aunque las encontraba las ignoraba y a paso inseguro huía.
Con un orgullo imbécil me aseguraba de que el tiempo escapara y que no cambiara nada, y aunque la maldita disciplina del desorden acomodara un hueco en mi pecho, habían razones para que todo fuese un hecho, habían canciones con frío y la monotonía bajo techo.
Las cuentas claras nunca conservaron nada entre los dos, los vientos no soplan a favor de una nave que nunca encalla por falta de orilla y si nadie sopla, no habrá viento que lo dirija.
Cuanto tiempo a durado nuestro tiempo? Cuanto tiempo el tiempo se detiene para no hacernos viejos sin los dos?. El tiempo me ha regalado silencio para que lo que oigas no sean palabras, para que lo que sientas no sea temor, me ha regalado valor.
Cuantos sueños debemos revivir a conciencia? Cuantos sueños cambiamos por vehemencia? Las páginas donde apoyo mi pulso me escucharon mientras pensaba, mientras te imaginaba y te encontraba cada vez más escondida en mis sueños dormidos.
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